Por: Iván Cigarroa
-Quizá no lo sabes, pero One More Light es un disco que salvó vidas, sacó de depresiones a muchas personas y en general, dio luz a aquellos que solo veían oscuridad. Probablemente es el disco más positivo y luminoso de Linkin Park, aunque no el mejor logrado para los fans de su primera etapa, con un tono más pop, sobre producido y lleno de voces limpias. Esa debió ser la función que tenía qué cumplir la banda, su propósito.
Tras seis exitosos discos, Linkin Park pasó de ser una poderosa banda de nu metal a una experimental, pero de una forma sutil, se encaminaba hacia el pop hasta llegar al punto en que los riffs ponchados y las voces guturales quedaron fuera del concepto. ¿Qué pasó? La vida. Nada más. Y no debe haber otras razones. Chester Bennington, voz y letrista principal, tuvo un oscuro pasado, lleno de abusos y problemas familiares. Pero llega un punto en tu vida, el de inflexión, en que debes tomar una decisión que afectará el resto de tu vida, la cambia. Él tomó un camino y fue el que reflejó en esta producción: llenarse de amor y bondad. Y por muy ridículo que suene, si eso hacía falta en su vida lo tenía que obtener en algún momento.
En su momento, la revista Kerrang! realizó una encuesta preguntando cuáles eran las canciones de Linkin Park que salvaron la vida de los lectores. Mismo caso: por muy ridículo que parezca, la respuesta fue apabullante, y aunque destacaron éxitos como In The End, Somewhere I Belong o What I've Done, la mayoría se enfocó en este álbum. No es coincidencia, muchos hemos pasado por lo que Bennington en mayor o menor medida, en algún punto nos teníamos qué identificar.
Musicalmente, One More Light tiene un sonido muy amigable, demasiado digerible. Y para bien o para mal, ese habría sido el camino que tomara la banda. Proliferan los filtros de voz, coros pop y guitarras acústicas. No hay scratches salvajes o riffs potentes, en esta ocasión había qué abrir toda la cortina para que entrara luz. Los invitados también fueron cuidadosamente elegidos para mantener esa coherencia, la misma que sostuvieron Chester Bennington, Mike Shinoda, Dave Farrell, Joe Hahn, Brad Delson y Rob Bourdon durante toda su carrera, sí, pero sobre todo en One More Light.
Dado que el álbum fue concebido primero en letras y melodías y luego en el sonido, perfiles como Nobody Can Save Me, Talking To Myself, Halfway Right, Sharp Edges o Battle Symphony denotan un cambio total en su influencia. Otras como Invisible o One More Light muestran una cara más pop que dejan claro hacia dónde querían ir. Las colaboraciones también destacan: si bien no son las más rimbombantes dieron sentido a la línea comunicativa del álbum, tanto en Good Goodbye (con Pusha T y Stormzy) como en Heavy (con Kiiara).
Finalmente Chester Bennington encontró el equilibrio en su vida. Tenía una familia y banda exitosa, ya se podía dar el lujo de experimentar y buscar nuevas sonoridades, pero sobre todo de escribir vivencias más positivas y de cómo encontrar una solución a los problemas de la vida. Ya se encontraba pleno, pero algo pasó y la oscuridad volvió. Que One More Light permanezca como un faro que alumbre a todos. Yo lo extraño. Discazo.
Linkin Park - One More Light
Warner Bros Records / 2017
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