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Mostrando las entradas de noviembre 18, 2018

Departamento 402

8 de mayo de 2018 Por favor lean esto. Hace un año todo cambió aquí; las cosas no han sido igual para mi aunque muchos en el edificio parecen haber olvidado el grave incidente que dejó sin vida -y sin cabeza- a la novia del vecino del apartamento 501. Mucho ha pasado desde aquel fatídico día en que vi más de lo que hubiera deseado. Supongo que algunos de los que leyeron mi publicación de hace un año han pensado que estoy loco, pero si lo estoy entonces ¿qué pasa con la vecina del apartamento 402? Trataré de resumir lo más rápido posible lo que ha pasado en el último año, no se si esta mujer tenga el oído tan agudo, tan refinado, que sea capaz de detectar cada tecla que oprimo en este dispositivo y adivine lo que escribo: luego de que la policía declarara el caso del apartamento 501 como "un hecho aislado" y que se diera por perdido al vecino asesino, tras abrir una línea de investigación de la cuál desconozco el número porque la burocracia de la estación

Departamento 501

Por: Iván Cigarroa    7 de mayo de 2017 ¡Auxilio! Lo que acabo de presenciar no me dejará dormir por mucho tiempo. Los vecinos de arriba hacen "mucho ruido". Eso ya lo he platicado. Normalmente "su númerito" comienza a notarse cuando gimen y golpean -con cierto ritmo, claro- la cama en la pared. Hace unos minutos se escuchaba igual que siempre: los jadeos, el ritmo, los golpes... Pero de pronto, los golpes comenzaron a ser más violentos, los jadeos se convirtieron en gritos de dolor; el sonido de los golpes aumentaba. ¿Qué pasa ahí arriba? Es decir, sí se lo que pasa arriba, pero no entendía porque de pronto las cosas se tornaron tan violentas. Seguro todos los vecinos reclamarían, sobre todo los del piso en el que habitan. En este punto los gritos eran guturales, algo ya difícil de ignorar. Así que decidí hacer lo que hace mucho debía: pedirles que se callaran. Ojalá no lo hubiera hecho... Me levanté de mi cama, me puse una chamarra y salí del

Departamento 202

Por: Iván Cigarroa Pido un momento de tu atención. Para cómo van las cosas creo que esto va a terminar muy pronto. Estoy siendo observado; incluso ahora que escribo esto -tiempo después de que sucedieran los eventos que estoy a punto de relatar- debería sentir un temor de dimensiones indecibles, pero no es así. Antes pensaba que estas extrañas experiencias solían sucederme únicamente en la unidad habitacional donde vivo, pero algunas cosas han pasado fuera de mi edificio. La que voy a relatar a continuación sucedió exactamente después de mi encuentro con la estatua de Jesucristo que se movió en plena Semana Santa. Tras tener de nueva cuenta un sueño visionario sobre el fin del mundo, desperté sorpresivamente en mi departamento. Conforme pasaron los minutos recordé lo sucedido, pero había algo raro: me desmayé frente a la estatua en movimiento. ¿Qué pasó mientras tanto? Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando a mi cuarto entró una mujer de complexión robusta, de má