Jillian Rose Banks está de vuelta con un cuarto álbum que, aunque no parece, es el más oscuro y desesperanzador que ha hecho hasta la fecha; pero es precisamente que lo hace bajo esa premisa que ofrece un panorama del futuro más alentador. Lo se, suena paradójico, pero de alguna forma esa es la manera en que Serpentina se mueve en tu percepción desde la primera escucha.
Que la portada llena de luz no te engañe, de todos modos siempre habrá algo que te enrede a plena vista. Y si desde ahí lo notas, este álbum es una trampa total, pero necesaria, para entrar a una maravillosa catarsis que culmina con la luz al final del tunel. Esos hilos que atan a BANKS son en definitiva lo que por años la detuvo para avanzar. Una vez que los halló y cortó, pasó al siguiente nivel. Por eso abandonó Harvest Records para ir por su propia cuenta.
Parece que la idea de exorcizar los demonios son vitales en esta producción; bien dijo BANKS que anteriormente solía ser controladora, pero que en esta etapa se siente mucho más libre e independiente. Y es precisamente esa idea la que deja en sus letras: deshazte de todo lo que te detiene y acepta el cambio. ¿Lo has sentido alguna vez? Ahora le toca a ella y en este álbum lo expresa.
Con esa libertad, los 13 cortes que conforman Serpentina hablan del duro proceso de maduración por el que tuvo qué pasar para ser la mujer que es hoy. Hay un dejo de majestuosidad en cada tema, una sensación de que lo clásico se encuentra con lo vanguardista para conformar una nueva era musical. Por lo menos para ella. Y no es que haya abandonado el pop aderezado con R&B, para nada, pero sí se nota aquí que la búsqueda de nuevos sonidos fue vital para remarcar esta nueva etapa.
Porque cambiar asusta. Es incertidumbre pura. El no saber angustia. Ese proceso la llevo a escribir piezas tan delicadas como The Devil -quizá el título más directo que retrata el proceso mencionado-, y otras de muy valiosas perspectivas como Holding Back, Meteorite, Misunderstood o la hermosa Birds By The Sea; mientras que otras como Burn, Fuck Love, Skinnydipped o Deadend denotan cierta oscuridad en el proceso de cambio, como cuando el diablo te seduce para no hacer lo que crees correcto.
Ese es el mensaje del álbum: que debes avanzar sin importar lo que digan los demás. BANKS lo hizo en Serpentina y le vino bastante bien el cambio de piel. No necesitó ser Katy Perry o Rihanna para sobresalir, pero es inevitable colocarla en otro pedestal, el de Sky Ferreira, Florence + The Machine o FKA Twigs, mujeres que están dejando más en la historia de la música en vez de solo generar millones de dólares. Recibamos el cambio.
BANKS - Serpentina
AWAL / 2022
Comentarios
Publicar un comentario