Dos años después de haber lanzado su álbum debut, Lost Girls, dúo noruego formado por la multifacética Jenny Hval y el multi-instrumentista Håvard Volden, han vuelto para ofrecer un trabajo bastante interesante que nos lleva a explorar no solo una diversidad de ritmos, sino de disciplinas artísticas, ya que la música es acompañada por literatura, y por una especie de declamación (o spoken word), a la que Hval ya nos tiene acostumbrados.
El título de este álbum es Selvutsletter, que al igual que su predecesor, Menneskekollektivet, es una palabra noruega medio inventada por ellos mismos, pero que al final sí tiene un significado, en este caso lo que quieren decir con Selvutsletter es "alguien que se quiere eliminar a sí mismo. O quizá solamente hacerse viejo y tener menos interés en su propio presente".
El misterio y la experimentación siempre van de la mano en la música del dúo, y no solo en este proyecto, sino también en los discos solistas de Jenny Hval, quien desde 2011 comenzó a indagar en terrenos del folk, la electrónica y el avant-garde; y fue gracias a sus primeras giras que Volden se convirtió en íntimo colaborador, pues comenzó a tocar con ella en vivo, lo que les sirvió de pretexto para crear un proyecto juntos, el cual nos tiene aquí en estos momentos.
Selvutsletter se compone de 8 temas que fluyen de forma extraordinaria, con una duración presumiblemente corta, a comparación de su antecesor, no obstante el impacto es similar. Con Timed Intervals comenzamos el viaje por el reino de la electrónica, con una caja de ritmos omnisciente a lo largo del álbum y con un fondo que puede ser relajante e incluso sanador. Los sonidos que crea Volden están hechos a la medida para la voz de Hval, la cual pasa de la suavidad a la explosión, con momentos de intensidad que transmite distintas emociones.
Algo que me parece curioso y que podría apostar a que lo hicieron a propósito, fue que los tracks 2 y 3 de este álbum fueron los elegidos como sencillos, sin embargo, salieron en orden inverso al álbum, es decir, la primera probadita la tuvimos con la superlativa Ruins (track 3), pieza que me emocionó bastante porque cautiva desde un inicio, primero con ese beat electrónico repetitivo y luego con la dulce voz femenina haciendo algunos sonidos. Con el paso de los segundos nuevos elementos se añaden, como un bajo crudo que podría sonar a una combinación de krautrock con Radiohead, un pianito de vez en cuando, unos sintetizadores sutiles pero coloridos, y las letras de Hval que reflejan momentos de realización y plenitud en el crecimiento de un ser humano.
Y With The Other Hand (track 2) fue el segundo sencillo y no se parece nada a Ruins, reflejo del dinamismo y la experimentación sin fronteras de los músicos. Empieza con un beat electrónico al cual se le une la voz con letras habladas, sin cantar precisamente, y al mismo tiempo la guitarra añade un toque como falso-flamenco, o al menos esa fue la impresión que tuve. Después de un minuto el ritmo cambia, se hace un poco más rápido y ahora sí Jenny canta, incluso con un coro que es bastante agradable y que invita a cantarlo con ella. Avant-pop de alta calidad.
Re-entering the City me lleva un poco a los tiempos del Kid A por el ritmo y la parte meramente instrumental, pero todo se modifica cuando la voz entra, y es tan profunda, tan sublime, tan angelical que puede cambiar drásticamente nuestra percepción de la obra, y eso es maravilloso. World on Fire es un track corto y suave, en el que percibimos una atmósfera brillante hecha por un órgano que no para, y la bella voz femenina, es posible que dentro de las influencias de ambos músicos estén nombres como Dead Can Dance.
Después de algo de calma, ¡que venga la tormenta! Jeg Slutter Meg Selv trae de vuelta la experimentación, pues aunque empieza lento, después del primer minuto nos echan una ráfaga electrónica con tintes de Underworld y Tangerine Dream, ritmos hipnóticos que invitan mover la cabeza e incluso a pararse a bailar. El tema va poco a poco subiendo de tono, las texturas que Volden se inventa son fantásticas y con ellas es mucho más fácil ahogarse en su profundidad. Hay matices aquí que me recordaron a los trabajos solistas de Hval, pero también a su contemporánea y mega talentosa Ionna Lee.
Sin ser suficiente los cambios de humor y sonido que hemos tenido en los temas anteriores, aquí nuevamente se vuelan la barda con June 1996, pues es diametralmente opuesta al anterior track. Aquí escuchamos un sonido súper dulce tanto por la voz como por la guitarra, que nos transporta un poco a los años 90 cuando Harriet Wheeler y sus The Sundays sonaban en todas partes.
El tema más largo fue elegido para cerrar el álbum, y es Seawhite un ejemplo más del atrevimiento que este par de artistas tiene, creando una pieza muy avant-garde, introspectiva y profunda, un poquito en la vena del Fossora de Björk.
Es de llamar la atención y al mismo tiempo, de celebrar, que en apenas 3 años Lost Girls han lanzado dos álbumes que si bien comparten una esencia, son bastante diferentes, lo que nos muestra que son artistas libres, que siempre buscan retarse y explorar terrenos diferentes. ¡Bravo!
Lost Girls – Selvutsletter Smalltown Supersound / 2023
Comentarios
Publicar un comentario