Por: Israel Téllez Alcántara
La magia del concierto es incomparable e indescriptible. Durante éste convergen todas las emociones y se vuelven una misma energía transportada por las notas que ejecuta la banda que actúa en el escenario. Poético, sí, pero imposible de negar. No importa si la agrupación es buena, regular o mala, siempre habrá un sentimiento provocado por la música.
Conciertos memorables –de verdad- hay algunos, pero registrados en una grabación quizá sean pocos. Muchos dicen que la pieza icónica, en los temas que en este espacio conciernen, es el Made in Japan de Deep Purple, publicado en 1972, tan solo 11 años después de que Joey Dee and the Starliters lanzaron Doin’ The Twist: Recorded Live at the Peppermint Lounge, el que se dice, es el primer disco en vivo de la historia de rock.
Esto último es debatible, pues hay quienes aseguran que el pionero de los discos en directo fue Ritchie Valens con In Concert at Pacoima Jr. High, una placa impresa en 1969 como homenaje póstumo al músico; no obstante, sólo una cara del disco tiene versiones en concierto.
El punto es que hoy en día los álbumes en vivo son muy recurrentes. Si el concierto en cuestión tiene o no la calidad y la vibra, es otra cosa. Gustos de cada quien. Porque hace medio siglo, seguramente, hacer un disco en directo era un lujo que pocos se podían dar. Aunque hubo agrupaciones que se volvieron famosas, al menos aquí en México, gracias a una grabación en vivo y ese fue el caso de los estadounidenses Black Oak Arkansas o BOA.
Con poco cartel en nuestro país, esta banda de rock sureño dirigida por James Mangrum, mejor conocido como Jim Dandy, irrumpió en la radio mexicana con una sola canción que sonaba en el programa Vibraciones –chequen el título muy pachecote-, que emitía Radio Capital: When Electricity Came To Arkansas.
Se trataba del track número dos de la cara A del Raunch N’ Roll Live, el cuatro trabajo de la banda y, a reserva de decir una barbaridad, el primero que se conoció de ellos en nuestro país. Un álbum que no le pide nada a clásicos de la época como el mismísimo Made in Japan o los Alive de KISS.
El original es una grabación que apenas y supera los 38 minutos. Con eso basta. Rock con toques psicodélicos en su más pura expresión. Riffs de guitarra pegadizos, batería y bajo bien ensamblados y un cantante que pudo ser una inspiración real para David Lee Roth e incluso Axl Rose. Si no lo creen, escuchen su forma de cantar, vean sus movimientos en el escenario y pongan atención a su imagen. El que avisa no traiciona.
El arpejeo abridor de Gettin’ Kinda Cocky es simplemente el vaticinio de lo que vendrá unos segundos después cuando Jim Dandy salta a escena. Melodía simple y directa con un vistoso solo de guitarra que, hoy en día, es una homenaje nostálgico al flower power. Y sin tanto embrollo, se abre paso a la pieza maestra del álbum: la famosísima When Electricity Came To Arkansas.
La canción es un auténtico vendaval de rock setentero en el que Jim Dandy ejecuta el lavadero –Washboard o Scrub Board- con unos dedales como los que usaban las abuelitas para coser. Pero la verdadera magia de esta canción es que suena a una especie de rito tribal que, no es exagerado, hipnotiza.
El ensamble de la percusión, cortesía de Tommy Aldridge, y el punteo del bajo que consiguió Pat Daugherty, es el principal artífice de tal efecto. Y, cómo no, en el fondo Jim Dandy haciendo un trabajo vocal muy bizarro con sonidos que semejaban a unos balidos. Todo un show apuntalado por el riff intermedio y los solos cortesía de Harvey Jett y Stanley Knight. Una obra maestra del rock por donde se le quiera ver.
Es difícil decir qué temas, además del anterior, resaltan en Raunch N’ Roll Live, aunque la mención especial se la llevan Gettin’ Kinda Cocky, Gigolo y Mutants Of The Monster. Esta última, en especial, es la muestra del prototipo vocal de Guns N’ Roses y una de las bases que posiblemente cimentaron las bases para el stoner. Ustedes juzguen.
Así tenemos que la energía y el aura que se capturaron durante las presentaciones que Black Oak Arkansas realizó el 1 y 2 de diciembre de 1972 en los Paramount Theatre de Portland y Seattle, respectivamente, deberían de ser considerados como una guía para decidir si un concierto merece o no ser editado en disco. Es eso o quizá, quien esto escribe fue hechizado por una especie de magia negra musical a la tierna edad de 4 años.
Imaginen la escena. Los hermanos mayores poniendo el disco con el volumen a tope, mientras el niño, en estado de shock, escuchaba la descarga de rock sureño mientras veía la portada un tanto siniestra: un fondo café oscuro con una mano que portaba unos dedales –sí, insisto, de esos que usaban las abuelitas para coser a mano. A esa edad, eso parecía la garra de un monstruo.
Pero había más. La contraportada mostraba un close up, un poco desenfocado, de Jim Dandy, chimuelo, con el cabello enmarañado y haciendo bizcos –aunque suene como a El Tri. Hoy me da risa, a los cuatro años no tanto. “Es el loco de Arkansas”, me decía uno de mis hermanos y yo crecí con la idea de que era cierto, que el vocalista de los BOA estaba orate.
Quizá era verdad. A James Magrum le giraba la piedra a una velocidad distinta y por eso fue capaz de canalizar toda esa locura en un par de presentaciones que se volvieron inmortales. Hoy en día existen remasterizaciones y versiones extendidas del disco. Yo me quedo con el original y ese sonido que sólo es capaz de reproducir el acetato.
Por cierto, a siete años de que el Raunch N’ Roll Live cobrara vida, Black Oak Arkansas vino por primera vez a México. Se presentaron en el entonces Estadio INDE (Estadio Azul). Traían a un guitarrista de sólo 15 años de edad y llegaban como teloneros de Deep Purple, junto a los Dug Dug’s.
Y el nombre de la banda estelar va entrecomillado porque en realidad se trataba de una versión hechiza que le vendieron a mi público mexicano, como diría el Ratón Macías. Pero ya, en serio, aquel grupo estaba muy lejos de ser Deep Purple y simplemente era un ensamble musical liderado por Rod Evans, el cantante original de los británicos. Ése de la pegadiza: Hush, hush…
Aquel día, 28 de junio de 1980, cayó un aguacero de aquellas justo cuando el falso Deep Purple tocaba Smoke On The Water. La gente se molestó y hasta pedazos del pasto de la cancha les aventaron. Con todo esto, más el éxito que tenían en México gracias a una sola canción, When Electricity Came To Arkansas, Black Oak Arkansas se llevó las palmas.
Años después, el 01 de marzo de 2014, regresaron a México y se presentaron el Foro Reforma junto a los Dug Dug’s y Nuevo México. Aquella noche hasta José Luis Cordero, –“El Pocholo” de Papá Soltero- se subió al escenario a echarse un palomazo con la harmónica. Obviamente, todo fue diferente a aquella tarde de 1980. No es lo mismo Los Tres Mosqueteros, que Veinte Años Después.
Black Oak Arkansas – Raunch n’ Roll Live
ATCO Records / 1973
Increíble 🤟🏻
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