Dream Widow - Dream Widow
Roswell Records / 2022
Esta reseña fue escrita horas después de enterarme de la muerte de Taylor Hawkins.
Podría parecer gracioso pero no lo es: que su muerte haya sucedido mientras está en cartelera la película de comedia y horror de Foo Fighters, Studio 666, seguramente engloba el fin de un ciclo. Obviamente el suyo, la banda de Dave Grohl debería seguir y al tiempo sabremos qué pasará.
Por eso, Dream Widow es el último documento sonoro que Hawking grabara, a reserva de que haya algo más sin producir por completo. Pero este álbum es muy distinto a lo que hicieran con Foo Fighters, incluso con su otra banda ficitica, Dee Gees. El sonido que aquí ofrecen es distinto para ir acorde con la película, pero no es un soundtrack, es un disco complementario.
Y a estas alturas ya debes saber de qué va el disco, desde esa portada con pentagrama incluido, hasta la sinopsis de la cinta: Foo Fighters decide grabar su más reciente disco, Medicine At Midnight, en una casa donde se dice que la banda Dream Widow hizo lo propio, pero todo terminó en tragedia.
Musicalmente, es un disco de thrash y death metal con voces guturales, con muchas influencias de Mötorhead, Slayer, Sodom, Venom, entre otras. Aquí Grohl, Hawkins y compañía suenan brutales pero también melódicos. La idea es mostrar un disco que vaya en sincronía con la cinta, de acuerdo a la historia que ahí se cuenta. Y las letras satánicas dan mayor énfasis a esta idea.
Tan solo ocho temas componen esta producción que en otros lados catalogan como EP pero no lo es, porque a pesar de ser pocos temas, en conjunto tiene una duración de 42 minutos. Los poderosos cortes van desde el thrash clásico en March Of The Insane, pasando por un thrash-death más elaborado en Encino, Angel With Severed Wings o Come All Ye Unfaithful; o las densas, potentes y semi instrumentales Becoming y Lacrimus Dei Ebrius; para finalmente llegar a tracks con voces más limpias en The Sweet Abyss y Cold. En definitiva va a gustar a quienes amaron Probot, el proyecto de metal de Grohl.
Con un disco como este Hawkins demostró una verdadera versatilidad sonora, al igual que en Dee Gees. Venía de tocar con Alanis Morissette cuando conoció a Grohl y desde ahí su carrera despuntó, aunque jamás a la sombra del ex baterista de Nirvana. Por lo menos en cada álbum de Foo Fighters en que participó, así como los de las bandas ficticias, tuvo su propio brillo e imprimió personalidad a cada tema, suficiente para convertirse en parte fundamental de los Foo y, por lo mismo, deja un hueco difícil de llenar. Al tiempo, como siempre digo, pero en esta ocasión no se cuándo dejará de doler.
Un disco que efectivamente contiene ritmos poderosos del metal, es probable que por la nostalgia del fallecimiento Hawkings, se vuelva de culto.
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