¿Existe otra cantante en México que se arriesgue tanto como Natalia Lafourcade? No.
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Natalia Lafourcade - Un Canto Por México
2020 / Sony Music
Normalmente no hablo de esto porque quiero evitar a toda costa que se me tilde de malinchista, pero la música folclórica mexicana, no toda pero sí mucha de ella, no me transmite nada. No me hace sentir orgulloso de mi país, y es que tampoco creo que como han estado las cosas en la vida moderna de México den para sentirse así, pero ese es otro tema para otra charla.
Y a pesar de lo anterior, me gustó esta nueva producción de Natalia. Oriunda de Veracruz, era obvio que dejaría salir la influencia de la música que la acompañó cuando niña. Pero también me encanta que haya optado por dirigir su música hacia este género, creo que es un buen momento para hacerlo.
¿Por qué? Porque repite la paradoja musical a la que nos tiene acostumbrados a nosotros al entender que siempre hará cosas inesperadas, pero su disquera no está acostumbrada a eso, los directivos quieren canciones que vendan, y está bien, es su trabajo, pero ella piensa de otra forma. También porque pudiendo mantener ese pop extraño, con juegos de voz maravillosos y música juguetona, o entrarle de lleno al R&B u otro género vigente, Lafourcade se decantó por la musica folclórica, rodeándose de grandes colaboraciones y músicos de trayectoria envidiable.
Ya lo venía haciendo desde hace dos discos. Hasta La Raíz fue el último paso por el pop. Esta es la nueva Natalia, y si Björk pudo meterse de lleno en la electrónica minimal, Fiona Apple entrarle a las percusiones e incluso Madonna al urbano, que la creadora de Busca Un Problema le entre al folclor no está mal.
Porque mientras que en Musas Vol. 1 y 2 hacía un homenaje a la música latinoamericana, en Un Canto Por México se centra en el folclor mexicano, especialmente el veracruzano, teniendo a Los Cojolites como grupo base, pero tambien festejando con otros artistas la oportunidad de trabajar en conjunto.
Así, Carlos Rivera canta a dúo en Mexicana Hermosa; con Leonel García el cover a Juan Gabriel Ya No Vivo Por Vivir; con Jorge Drexler en Para Qué Sufrir; con Panteón Rococó hace lo propio en Un Derecho De Nacimiento; su viejo amigo Emmanuel Del Real en Lo Que Construimos; o con Los Cojolites y Los Auténticos Decadentes en Hasta La Raiz, y se dio el gusto de interpretar Cucurrucucú Paloma ella sola.
El camino de experimentación en que está inmersa ahora no ignora lo que ha hecho antes. Pero el arriesgue en esta etapa es algo que se agradece. ¿Se les ocurre otra cantante en México que lo haya hecho antes que ella? No, y como lo hizo con su pop hace 15 años, seguramente esta nueva etapa abrirá la puerta a otras artistas para tomar el riesgo. Eso hace falta en este país, riesgos. No vender un avión presidencial o grabar la misma música en cada disco.
Y a pesar de lo anterior, me gustó esta nueva producción de Natalia. Oriunda de Veracruz, era obvio que dejaría salir la influencia de la música que la acompañó cuando niña. Pero también me encanta que haya optado por dirigir su música hacia este género, creo que es un buen momento para hacerlo.
¿Por qué? Porque repite la paradoja musical a la que nos tiene acostumbrados a nosotros al entender que siempre hará cosas inesperadas, pero su disquera no está acostumbrada a eso, los directivos quieren canciones que vendan, y está bien, es su trabajo, pero ella piensa de otra forma. También porque pudiendo mantener ese pop extraño, con juegos de voz maravillosos y música juguetona, o entrarle de lleno al R&B u otro género vigente, Lafourcade se decantó por la musica folclórica, rodeándose de grandes colaboraciones y músicos de trayectoria envidiable.
Ya lo venía haciendo desde hace dos discos. Hasta La Raíz fue el último paso por el pop. Esta es la nueva Natalia, y si Björk pudo meterse de lleno en la electrónica minimal, Fiona Apple entrarle a las percusiones e incluso Madonna al urbano, que la creadora de Busca Un Problema le entre al folclor no está mal.
Porque mientras que en Musas Vol. 1 y 2 hacía un homenaje a la música latinoamericana, en Un Canto Por México se centra en el folclor mexicano, especialmente el veracruzano, teniendo a Los Cojolites como grupo base, pero tambien festejando con otros artistas la oportunidad de trabajar en conjunto.
Así, Carlos Rivera canta a dúo en Mexicana Hermosa; con Leonel García el cover a Juan Gabriel Ya No Vivo Por Vivir; con Jorge Drexler en Para Qué Sufrir; con Panteón Rococó hace lo propio en Un Derecho De Nacimiento; su viejo amigo Emmanuel Del Real en Lo Que Construimos; o con Los Cojolites y Los Auténticos Decadentes en Hasta La Raiz, y se dio el gusto de interpretar Cucurrucucú Paloma ella sola.
El camino de experimentación en que está inmersa ahora no ignora lo que ha hecho antes. Pero el arriesgue en esta etapa es algo que se agradece. ¿Se les ocurre otra cantante en México que lo haya hecho antes que ella? No, y como lo hizo con su pop hace 15 años, seguramente esta nueva etapa abrirá la puerta a otras artistas para tomar el riesgo. Eso hace falta en este país, riesgos. No vender un avión presidencial o grabar la misma música en cada disco.
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