Aaaaahhhh, el autógrafo. Ese objeto que con el tiempo toma un valor sentimental tan grande que logra convertirse en arte-objeto, figura de colección, o hasta imagen religiosa. Claro, a un nivel personal.
¿Dónde ha quedado esa costumbre de buscar a tu artista favorito y pedirle que firme tu disco, póster, revista o parte del cuerpo? Todo parece indicar que se ha perdido.
Mi buen amigo Garys Piñón me contó una historia que bien resume el estado actual de esa acción, la primera y más importante para un fan:
Dada la situación, es de notarse como en la actualidad la idea de obtener una firma sobre la portada del disco de tu artista favorito se ha vuelto obsoleta. Es la triste realidad, aunque tampoco se puede generalizar.
Durante mis años como reportero tuve oportunidad de conseguir que algunos artistas firmaran mis discos, aquí unos ejemplos:
La verdad es que todo radica en el fin de los formatos físicos de la música. El CD ha sido desplazado por lo digital, lo que ha provocado que se vendan menos piezas en las tiendas, así que como consecuencia hay cada vez más fans entrando de lleno a esta nueva era, tal vez por moda, tal vez por comodidad.
En una columna anterior tuve oportunidad de apreciar el arte de un disco, sus interiores, diseño, fotografía, letras de canciones. Toda una belleza que para quienes gustamos de este formato, es un arte objeto digno de coleccionar.
Así que firmar un disco parece ser menos frecuente, aun cuando tiendas como Mix Up o el tianguis del Chopo realizan firmas de autógrafos para fomentar el consumo del formato físico, que la tendencia sigue a la baja.
¿Entonces qué pasa? Por lo menos a las nuevas generaciones no les interesa mucho la música. Tienen un fácil acceso a ella mediante plataformas como Youtube o Spotify, tanto que dejan de sentir la necesidad de tenerla porque no es lo mismo pagar 150 pesos o más por un disco en formato CD que pagar 120 pesos mensuales en plan familiar de Spotify donde tienes acceso a millones de canciones.
Así las cosas y con el ejemplo de la conversación con Garys, definitivamente el autógrafo ya no es tan vital para los fans actuales. Lo de hoy es una selfie.
Por eso habrás notado que en tus redes sociales pululan tantas fotos de tus contactos con figuras públicas. La selfie es el nuevo autógrafo, aun cuando antes también existía.
Y no es que esté mal, al contrario: es parte de lo que busca un buen fan, pero al final del día el viejo y confiable autógrafo, ese que muestra que ahorraste para comprarte un disco desde que fue anunciado; ese por el que si no tenías dinero le pedías a tus papás a cambio de algún limpiar el auto, la casa o algo así; ese que no encontrabas tan fácilmente en las tiendas de discos; ese que solo si lo pedías a algún conocido que trajera de su viaje al extranjero lo tendrías; ese, está a la baja.
Así que si eres fan, verdadero fan, conseguir la firma de tu artista favorito es parte de serlo. Y no solo en las firmas de autógrafos oficiales, donde sea posible verles es válido. Y si no llevas el disco, ¡donde sea es bueno! La foto es bienvenida, pero el autógrafo es vital.
¿Tienes algún disco autografiado? Compártelo en tus comentarios.
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