Por: Iván Cigarroa
Para muchos artistas, componer canciones es una forma de vida. Expresan su sentir, su vida misma en palabras que dan santo y seña del momento que están viviendo. Eso hace Elsa y Elmar con este disco: relatar un proceso de sanación difícil, doloroso y que aún no termina, tras un rompimiento amoroso.
Con este disco, pero específicamente con sus letras, Elsa Y Elmar despide una etapa en su vida, donde resalta fuertes pérdidas y cómo ha salido adelante con eso. Con heridas que tal vez nunca sanen, pero con un corazón que se fortalecerá tras la experiencia. Seguramente cuando ese día llegue relatará en canciones nuevas cómo se ven las cosas desde esa trinchera. Mientras tanto, su presente es este.
En Ya No Somos Los Mismos, Elsa Y Elmar refleexiona sobre su vida a ritmo de pop, pero también hay suficientes canciones para apuntar hacia el urbano, dream pop, R&B o bachata, y en todos los casos sucede lo mismo: la melancolía circunda sin cesar, los ritmos se apachurran hasta las lágrimas y los instrumentos se achicopalan en plan depresivo. Y aún así, su voz dulce muestra atisbos de que las cosas pueden ser mejores. Es ahí cuando aprecias desde otra perspectiva la música, es cuando te das cuenta que es colorida y hasta alegre. No más lágrimas.
Podemos desenamorarnos e intentar volver al inicio, pero cuando alguien llega a nuestras vidas dejamos de ser los mismos. Esa es la historia que Elsa y Elmar ha ido construyendo a lo largo de los últimos meses con una serie de sencillos que van de la balada a la bachata, del dream pop al R&B, una serie de géneros conectados por un fino pop que dan forma a Ya no somos los mismos, un álbum para enamorarse, llorar, reaprender y cuestionar todas las formas del amor.
La colombiana radicada en México cuyo nombre real es Elsa Margarita Carvajal, nos regala 14 canciones de vivencias agridulces y disfrutables. Hasta Donde Se Enamora, Primavera, Corazones Negros, No Todo Fue Malo / Ya No Somos Los Mismos, Gracias, Amantes Y Amigos o Tal Para Cual son títulos que refieren perfecto el proceso que he relatado hasta el momento y son parte de su presente y futuro cercano.
No es fácil abrirse así. Pudo escribirlo a manera de catarsis y guardarlo para sí misma; pero también entendió que la mejor terapia es contar su historia, para sacar de su sistema el dolor y ahí sí, cuando esté hecho, será una mujer renovada lista para amar mejor. Aprendamos eso.
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