La llegada de los años 90 exigía cambios, y aunque bajo ninguna circunstancia lo podrían saber, renovar su propio sonido les permitió sobrevivir a la llegada del grunge y el rock alternativo.
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Van Halen - For Unlawful Carnal Knowledge
1991 / Warner Music¿Quién carajos usa un taladro en su guitarra para crear un nuevo sonido? Si bien Eddie Van Halen no fue el primero, sí fue quien puso de moda la idea en 1991 cuando lanzaron el sencillo Poundcake, dejando claro de nueva cuenta que era uno de los mejores guitarristas de todos los tiempos. Y no es para menos, pocos se atreven a experimentar con juguetes distintos.
Y de eso va For Unlawful Carnal Knowledge. De retomar el sonido característico de la banda y renovarlo por completo. Para ese entonces, hacía mucho que Van Halen no sonaba así, tan poderoso y pleno, pero una serie de eventos se conjuntaron para que esto fuera posible y dejarán para la posteridad once canciones emblemáticas, entrañables.
Los eventos inician con la llegada de Sammy Hagar. Su incorporación como vocalista tras la salida de David Lee Roth le inyectó nuevos bríos a la banda, pero a pesar del éxito con el que contaban, musicalmente hablando seguían predominando los teclados, y por ende, llevando su sonido hacia el pop.
La entrada a la nueva década exigía cambios, y aunque bajo ninguna circunstancia lo podrían saber, renovar su propio sonido les permitió sobrevivir a la llegada del grunge y el rock alternativo.
Decidieron prescindir de los teclados para darle mayor protagonismo a la guitarra, algo que no sucedía en mucho tiempo. Parte de ese cambio incluye el taladro en Poundcake, como una forma de dejar en claro la dirección que tomaba la banda.
Así fue como regresó el viejo Van Halen al verdadero lugar que se merece, en la cúspide del rock, y ya se que suena tan antaño todo lo que estoy diciendo, y no voy a decirles que todo tiempo pasado fue mejor porque estoy totalmente en contra de esa idea. Pero sí creo que esa época fue la más creativa, con canciones sencillas pero directas, con contundentes solos de guitarra como protagonistas y no los teclados; con un Sammy Hagar en su mejor momento vocal y una colección de canciones que no dejaban de decir que "tú eres tú y nadie puede cambiarte / el mundo es tuyo si lo decides / creer en mi es todo lo que necesito / el mejor momento es ahora mismo" y así. En definitiva, mientras toda la escena del hard rock americano padecía la resaca de todas las fiestas que mostraban en sus canciones, el grunge se volvía el invitado más cotizado y Van Halen, como el meme de Michael Jackson, viendo el show desde el palco con todo y palomitas. Es decir, ya estaba en otro nivel.
Y el título, uuufff, las ganas de transgredir... De acuerdo con Sammy Hagar, el plan era ir contra la censura y dejar ver qué el acrónimo For Unlawful Carnal Knowledge es F.U.C.K. la polémica también sirve para vender discos. Pero claro, esto fue posible gracias a la batería en temas como Pleasure Dome; el piano en la maravillosa Right Now, la voz en In N' Out, Runaround o Spanked; los solos de guitarra en Poundcake, Man On A Mission o Top Of The World y la belleza instrumental en 316 dieron forma a un álbum que, muy seguramente se encontrará dentro del top 5 de la banda.
A la distancia, poco íbamos a saber que Balance sería su último gran álbum, que Gary Cherone tendría que olvidar su one hit wonder More Than Words al lado de Extreme para ser el tercer vocalista, que las constantes rencillas con Lee Roth y Hagar les harían ir y venir de la banda y que tristemente nunca volveríamos a verlos en vivo (afortunados los que pudieron, sobre todo con este disco) porque apenas nos dejó el gran Eddie. Se llevó su guitarra, así que no habrá hereder@, pero el legado queda en esos discos que todavía podemos tener en nuestras manos para escuchar por siempre. Que en paz descanse, y nosotros escuchemos siempre que podamos este discazo.
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