Si en cada álbum Joaquín Sabina, con todo el proceso de producción que implica, nos complace hasta en el más mínimo detalle, imagínense en un concierto como este.
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Joaquín Sabina - Nos Sobran Los Motivos
2000 / BMGEn 2005 asistí a la conferencia de prensa del Festival de la Palabra. Harían el anuncio del elenco y las actividades que se realizarían. Mientras esperábamos en una sala de aquel lugar que alguna vez fuera un hipódromo, se rumoraba que este año echarían la casa por la ventana. Y cuando hicieron arribo el escritor Paco Ignacio Taibo II y Joaquín Sabina, los pocos que asistimos al evento nos acercamos para obtener unas palabras de tan importantes personalidades. Como aquí compete más hablar del español me voy directamente con él. Alquien tuvo la desvergüenza de preguntarle "¿qué hace en este festival un músico de renombre?". Él sonrió con algo de sorpresa y dijo: "vaya, ¡que me han desconocido por completo! Pero si lo fundamental en mi música son las letras... creo que tendré que esmerarme más para que sí parezcan poesía". Con eso en mente, se sobreentiende que precisamente ese género literario le ha caracterizado toda su carrera. Lo traen en las venas, en el aire que respira.
A estas alturas es innegable el legado que el español nos ha regalado a lo largo de su carrera. Cada disco ha sido un diamante en bruto repleto de versos y palabras que han hecho vibrar hasta al más insensible corazón. Si en cada álbum, con todo el proceso de producción que implica desde componer, ensayar, montar canciones, grabarlas, pulirlas, post producirlas, nos complace hasta en el más mínimo detalle, imagínense en concierto.
¿Qué tuvo de especial este disco que supera por mucho sus otras dos producciones en vivo? Las razones son muchas pero en esencia, que además de incluir un repertorio de grandes éxitos, los separó entre temas acústicos y eléctricos. Les dio su justo trato, dependiendo de cada canción, para ofrecer una experiencia coherente y bien delimitada. A esas alturas (las de años antes e incluso las de estos días), Joaquín Sabina sabía perfecto cómo mostrar su música a los fieles fans que se han mantenido a su lado por años.
Y si bien no entrega enteramente éxitos comerciales, sí abarca una colección de canciones que se han vuelto significativas para el respetable. Por eso en una presentación como esta, entender a su público y complacerlo con los mejores temas es vital, se agradece y se queda para el recuerdo. Pero eso no es todo: hay palabras, sentimientos; mucho qué expresar. Por momentos el discurso del poeta proveniente de Úbeda, España, lo hace solo, como dando un preámbulo de lo que va a interpretar, a veces son intros con ideas e interacción con el público, pero no se queda callado, siempre tiene algo qué decir.
La parte eléctrica incluyó temas que bien merecían ser interpretados de esa forma. Pacto De Caballeros, Conductores Suicidas, Yo Me Bajo De Atocha, Quién Me Ha Robado El Mes De Abril/Así Estoy Yo Sin Tí, o Y Sin Embargo. No las imagino siendo deconstruidas en otro formato. Aquí prevalece el rock pop que tan bien le sale. La energía que desprende mientras interpreta sus canciones, que para ese entonces tenía 50 años, era envidiable. Y ahí andaba, siendo él mismo y ofreciendo lo mejor de sí.
La parte acústica merece todo mi respeto. Sin duda es el momento más intimista que Sabina pueda ofrecer. Su voz, una guitarra acústica, encendedores, los coros, no se, piénsenlo. Es maravilloso disfrutarlo en ese mood, y más cuando piezas como Calle Melancolía, 19 Días y 500 Noches, Contigo, Nos Sobran Los Motivos, Ruido, Noches De Boda/Y Nos Dieron Las Diez o Tan Joven Y Tan Viejo refieren perfecto lo que todos sabíamos en ese entonces: se encontraba en su mejor momento. Me refiero al hecho de que disfrutó dando esa presentación.
Hoy día tenemos a un poeta activo, que se mantiene constante y grabando sus canciones. Disfrutemos el momento, atesoremos los recuerdos, porque el día que nos deje va a ser una verdadera pena. Sobre todo en España, y al nivel de Juan Gabriel o José José aquí. Nos Sobran Los Motivos queda como un documento maravilloso donde Joaquín Sabina dio todo de sí -y quizá hasta un poco más-, y entregó canción a canción, pedacitos de su vida en forma escrita, que quedan a la posteridad como el legado que nos deja en una época en que si nos dio las mejores piezas, imagínense ahora, que siga lanzando discos en vivo o de éxitos. Que el universo nos lo guarde por muchos años.
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