Un encuentro nada común que resulta ser toda una delicia por el par de genios que lo confirman.
Día 246 de #EscucharUnDiscoDiario #PorqueLaMusicaImporta #366Discos
Melero & Tuñón - La Ruta Del Opio
2020 / Bultaco Discos
Contrario a lo que parece, la unión entre Daniel Melero y Diego Tuñón no es casual y no es reciente. La idea de trabajar en conjunto existe prácticamente desde niños y es hasta años recientes que la retoman. Pero es que no había tiempo para hacerlo: el primero ha desarrollado una exitosa carrera experimental que le ha hecho ganarse el mote de Brian Eno argentino. El segundo es el tecladista de Babasónicos, que tal vez no lo ubiques en vivo porque te la pasas cantando con Adrián Dárgelos, pero está ahí, atrás, en un lugar discreto y quizá no lo sabes, pero es en buena parte responsable del sonido actual de la banda, sobre todo en discos como Jessico o Romantisísmico.
Se conocen desde los cada vez más lejanos 80 y desde entonces no habían podido hacer algo juntos hasta ahora. Lo que resultó fue algo más allá de la electrónica, más allá de la experimentación, más allá de lo esperado, más allá de ellos mismos.
Se trata de un disco melancólico, pausado, hecho para deleitar el oído más paupérrimo, pero también al más exigente. No sé detuvieron por dar explicaciones de sus andanzas, la música salió así, del alma, suave y a la vez abstracto.
La buena noticia es que es que a pesar de todo, es un disco disfrutable, lento; eso sí, no es complaciente, ahí sí tendrás que entrarle con todos tus sentidos. Y justo eso es lo mejor.
Tal vez Melero no tenga tanta presencia en nuestro país, pero es de reconocer que es un genio de la electrónica. En mi caso Tuñón sí me sorprendió. De verdad pasó de ser un tecladista de bajo perfil a un prolífico músico que desde los 9 años se ha dedicado a su instrumento.
Gracias a su trayectoria es que La Ruta Del Opio es tan disfrutable de principio a fin. Mesmer, Mekong, Los Callados, Río, Novela Frita, Camastro o la poderosa Los Seis, son de lo más destacado de este disco, que igual disfrutas ciertos beats, pero también de algunos pianos tétricos, que dan lugar a otras experimentaciones.
Tomó mucho tiempo para que Melero y Tuñón se reunieran para componer lo que dió forma a esta producción, ojalá haya espacio en sus agendas para juntarse de nuevo porque estos encuentros no son comunes, resultan ser toda una delicia y sí son necesarios.
Se trata de un disco melancólico, pausado, hecho para deleitar el oído más paupérrimo, pero también al más exigente. No sé detuvieron por dar explicaciones de sus andanzas, la música salió así, del alma, suave y a la vez abstracto.
La buena noticia es que es que a pesar de todo, es un disco disfrutable, lento; eso sí, no es complaciente, ahí sí tendrás que entrarle con todos tus sentidos. Y justo eso es lo mejor.
Tal vez Melero no tenga tanta presencia en nuestro país, pero es de reconocer que es un genio de la electrónica. En mi caso Tuñón sí me sorprendió. De verdad pasó de ser un tecladista de bajo perfil a un prolífico músico que desde los 9 años se ha dedicado a su instrumento.
Gracias a su trayectoria es que La Ruta Del Opio es tan disfrutable de principio a fin. Mesmer, Mekong, Los Callados, Río, Novela Frita, Camastro o la poderosa Los Seis, son de lo más destacado de este disco, que igual disfrutas ciertos beats, pero también de algunos pianos tétricos, que dan lugar a otras experimentaciones.
Tomó mucho tiempo para que Melero y Tuñón se reunieran para componer lo que dió forma a esta producción, ojalá haya espacio en sus agendas para juntarse de nuevo porque estos encuentros no son comunes, resultan ser toda una delicia y sí son necesarios.
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