La mayor muestra de empoderamiento es la constancia, Mala Rodríguez lo sabe.
Día 216 de #EscucharUnDiscoDiario #PorqueLaMusicaImporta #366Discos
Mala Rodríguez - MALA
2020 / Universal Music
Luego de años de desfilar en el hip hop y empoderar a la mujer mediante sus líricas. Finalmente el tiempo le ha dado la razón a Mala Rodríguez, colocándola como un estándar y modelo a seguir en una industria que -en estos tiempos- da preferencia a la música en la que se ha cobijado por más de 20 años.
Que la portada no les confunda: la rapera no se expone a sí misma como un objeto sexual. La explicación es más profunda que eso, y machos, no crean que quiere con ustedes solo porque aparece así. Resulta que en el escenario se siente como el primer día de clases, expuesta ante los alumnos, y de igual forma se siente así con el público. Este disco resume influencias y estilos adoptados durante 20 años de carrera.
Para ello, MALA entrega por igual canciones hip hop al estilo que acostumbra, algunas con tintes electrónico, otras con sabor a flamenco y otras más a ritmo de reaggetón. Todo lo que ha hecho la trajo a este momento y le permite confirmarnos lo que todos ya sabemos: es la mejor exponente del género latino. Pero no solo eso, hay una sutil proyección de hacia dónde va con este disco, dejando en claro que es capaz de adaptarse a cualquier tiempo y circunstancia.
En cuanto a las letras y como es su costumbre, relata el momento que vive mediante versos bien estructurados, contando lo que ve en las calles y lo que vive como mujer, madre y rapera. Y a diferencia de otros discos, en este no muestra un lado agresivo, al contrario se nota que atraviesa una etapa de tranquilidad, sobre todo ahora que es vista como un referente en la música.
Las líricas frescas siguen, aderezadas con pistas muy bien cuidadas. Perfiles como Dame Bien o Like se decantan por el perreo, pero hay otras como Nuevas Drogas que tienden un poco más al pop, o Mami, que es una balada rapeada con piano de fondo. Hay más: Contigo, Aguante o Problema conservan el estilo característico así que no hay que pensar que abandona del todo su sonido.
Ya son 20 años de carrera y seguimos disfrutando cada una de sus entregas. Sigue críticando lo que no le parece, como en los éxitos Nanai o Quien Manda, pero también se nota a leguas que se divierte mientras mantiene a su público consciente. Hace falta eso para alejar el machismo de un mundo que sigue ciegamente los malos ejemplos.
Que la portada no les confunda: la rapera no se expone a sí misma como un objeto sexual. La explicación es más profunda que eso, y machos, no crean que quiere con ustedes solo porque aparece así. Resulta que en el escenario se siente como el primer día de clases, expuesta ante los alumnos, y de igual forma se siente así con el público. Este disco resume influencias y estilos adoptados durante 20 años de carrera.
Para ello, MALA entrega por igual canciones hip hop al estilo que acostumbra, algunas con tintes electrónico, otras con sabor a flamenco y otras más a ritmo de reaggetón. Todo lo que ha hecho la trajo a este momento y le permite confirmarnos lo que todos ya sabemos: es la mejor exponente del género latino. Pero no solo eso, hay una sutil proyección de hacia dónde va con este disco, dejando en claro que es capaz de adaptarse a cualquier tiempo y circunstancia.
En cuanto a las letras y como es su costumbre, relata el momento que vive mediante versos bien estructurados, contando lo que ve en las calles y lo que vive como mujer, madre y rapera. Y a diferencia de otros discos, en este no muestra un lado agresivo, al contrario se nota que atraviesa una etapa de tranquilidad, sobre todo ahora que es vista como un referente en la música.
Las líricas frescas siguen, aderezadas con pistas muy bien cuidadas. Perfiles como Dame Bien o Like se decantan por el perreo, pero hay otras como Nuevas Drogas que tienden un poco más al pop, o Mami, que es una balada rapeada con piano de fondo. Hay más: Contigo, Aguante o Problema conservan el estilo característico así que no hay que pensar que abandona del todo su sonido.
Ya son 20 años de carrera y seguimos disfrutando cada una de sus entregas. Sigue críticando lo que no le parece, como en los éxitos Nanai o Quien Manda, pero también se nota a leguas que se divierte mientras mantiene a su público consciente. Hace falta eso para alejar el machismo de un mundo que sigue ciegamente los malos ejemplos.
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