Por: Iván Cigarroa
-Cuando el nu metal estaba por entrar en un letargo merecido, cuando el indie rock comenzaba a despuntar, cuando el rock duro necesitaba mujeres al frente. En ese momento llegó Evanescence.
Era 2003 y comenzaban a percibirse ciertos cambios en la música. Veníamos de 2002, un año mediocre y aburrido para una industria que ya veía venir el declive de las disqueras trasnacionales, pero con el debut de esta banda muchas cosas cambiaron.
Se dieron a conocer con el sencillo Bring Me To Life, pero fue la voz de Amy Lee quien conquistó a todo el mundo. Poderosa, sensible y melódica. Una verdadera belleza en medio de una escena dominada por hombres y por actitudes suicidas. Ella no. Ella le cantaba, sí, al amor, pero no desde la perspectiva de los grupos pop.
En Fallen, el quinteto ofrece 11 canciones directas, desnudas, de desamor y desilusión por la vida, pero también de cómo verla tras la gran decepción. Por lo menos en medio de tantas mentadas de madre, temas de suicidio y drogadicción, este disco era una luz en el camino: la luz al final del tunel del nu metal. Una era estaba por terminarse y este álbum, su conclusión.
Fue lanzado el 5 de marzo de 2003 y aún hoy, a 16 años y 361 días, sigue siendo un referente en la música, sencillamente por su desencanto personal, una voz hermosa y riffs potentes. Quién fuera a pensar que 9 años antes Amy conociera a Ben Moody en un campamento cristiano y quedara fascinado por su interpretación a piano de I'd Do Anything For Love (But I Won't Do That) de Meat Loaf para inmediatamente después proponerle formar una banda.
Este álbum es una referencia importante en el metal y los géneros cercanos, porque gracias a que Amy Lee estaba al frente, la industria se movió hacia este mercado, impulsando las ya de por sí importantes carreras de bandas con mujeres al frente, como Lacuna Coil, In This Moment, Arch Enemy, Within Temptation, entre otras. Las empoderó al grado que al igual que ella, hoy son influencia importante en la música.
Era 2003 y comenzaban a percibirse ciertos cambios en la música. Veníamos de 2002, un año mediocre y aburrido para una industria que ya veía venir el declive de las disqueras trasnacionales, pero con el debut de esta banda muchas cosas cambiaron.
Se dieron a conocer con el sencillo Bring Me To Life, pero fue la voz de Amy Lee quien conquistó a todo el mundo. Poderosa, sensible y melódica. Una verdadera belleza en medio de una escena dominada por hombres y por actitudes suicidas. Ella no. Ella le cantaba, sí, al amor, pero no desde la perspectiva de los grupos pop.
En Fallen, el quinteto ofrece 11 canciones directas, desnudas, de desamor y desilusión por la vida, pero también de cómo verla tras la gran decepción. Por lo menos en medio de tantas mentadas de madre, temas de suicidio y drogadicción, este disco era una luz en el camino: la luz al final del tunel del nu metal. Una era estaba por terminarse y este álbum, su conclusión.
Fue lanzado el 5 de marzo de 2003 y aún hoy, a 16 años y 361 días, sigue siendo un referente en la música, sencillamente por su desencanto personal, una voz hermosa y riffs potentes. Quién fuera a pensar que 9 años antes Amy conociera a Ben Moody en un campamento cristiano y quedara fascinado por su interpretación a piano de I'd Do Anything For Love (But I Won't Do That) de Meat Loaf para inmediatamente después proponerle formar una banda.
Este álbum es una referencia importante en el metal y los géneros cercanos, porque gracias a que Amy Lee estaba al frente, la industria se movió hacia este mercado, impulsando las ya de por sí importantes carreras de bandas con mujeres al frente, como Lacuna Coil, In This Moment, Arch Enemy, Within Temptation, entre otras. Las empoderó al grado que al igual que ella, hoy son influencia importante en la música.
Es bien conocido que el mismo año en que debutaron, en medio de la mundial, Ben Moody dejó a la banda, al parecer por diferencias creativas, pero las razones nunca quedaron claras. Sin embargo Evanescence ha seguido su camino con Amy Lee al frente, aunque el resto de la banda ya no es la original.
Iba a explicarles qué canciones destacan en este disco, pero además de que ya muchos las conocen, la realidad es que de Going Under a Whisper ninguna canción sobra.
Ha buscado cambiar el estilo musical, creando nuevas composiciones orientadas a otros géneros como el ambient o el trip hop, pero siempre regresa al rock duro que caracteriza a la banda, excepto en su última producción Synthesis. Así que si bien siguen vigentes, el futuro es incierto. De todos modos este álbum es un documento sonoro importante para quien quiera documentar una época en que con tan solo una canción, una banda llegara tan lejos sin ser One Hit Wonder. Esa influencia es algo que en una industria dominada por hombres, ninguno es capaz de aceptar.
Iba a explicarles qué canciones destacan en este disco, pero además de que ya muchos las conocen, la realidad es que de Going Under a Whisper ninguna canción sobra.
Ha buscado cambiar el estilo musical, creando nuevas composiciones orientadas a otros géneros como el ambient o el trip hop, pero siempre regresa al rock duro que caracteriza a la banda, excepto en su última producción Synthesis. Así que si bien siguen vigentes, el futuro es incierto. De todos modos este álbum es un documento sonoro importante para quien quiera documentar una época en que con tan solo una canción, una banda llegara tan lejos sin ser One Hit Wonder. Esa influencia es algo que en una industria dominada por hombres, ninguno es capaz de aceptar.
Evanescence - Fallen
2003 / Wind Up Records
2003 / Wind Up Records
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