Por: Maricelita Palma
-En la última parte de los años 90 Guille Milkyway comenzó uno de sus proyectos más ambiciosos, que era el darle vida a una banda ficticia, sí, muy a la Damon Albarn con Gorillaz... o The Archies. Siendo en todo momento la mente creativa que se encargara de la producción, composición, arreglos y por supuesto voz. Este proyecto lleva por nombre: La Casa Azul. Desde su primer EP, El Sonido Efervescente De La Casa Azul, lanzado en el año 2000 dio muestra de su genialidad al mezclar melodías felices con letras tristes y al revés, siendo este uno de sus sellos particulares.
En el año 2000, La Casa Azul fue fichada por Elefant Records, uno de los sellos de culto más importantes de la escena española y con quien ha lanzado la mayoría de su repertorio, entre EPs, LPs, remixes, colecciones especiales y más. La Gran Esfera, su cuarto trabajo de larga duración ya como una banda en forma y no como un proyecto animado, contó con su respaldo y es justo el disco al que hoy le daremos play.
Por ahí del 2016 y después de casi 6 años de silencio, La Casa Azul dio señales de vida y estrenó Podría Ser Peor, el primer sencillo de lo que sería su más reciente producción titulada: La Gran Esfera. Con un pop evidentemente festivo y toques disco, este sencillo fue rápidamente acogido por el publico que quería retomar la fiesta iniciada en el disco La Revolución Sexual, la letra de esta canción refleja el cansancio y el hastío de una relación que ya no da para más... Pero es bailable y feliz.
Como segundo track tenemos El Final del Amor Eterno, haciendo referencia a ese amor ideal y bonito con el que has compartido tiempo que parece eterno. Llega el turno de explotar un experimento bien logrado de música urbana, trap y pop que cobra vida en A T A R A X I A, a pesar de que la mezcla de géneros no es nueva en el proyecto de Milkyway, a su público le costó trabajo incluirlo entre sus tracks favoritos. Y para reforzar ese trap y sumarle un poco de r&b también encontramos: Ivy Mike.
El Colapso Gravitacional explotó de energía el disco, con una carga de sonidos electrónicos y de synth pop que te lleva a bailar y liberarte de todo, aun cuando la letra te hable de algo que "se terminó, amaneció, la tormenta fue terrible... Y no se supo luchar". Esa energía que además le suma tintes de soul, también inunda Hasta Perder El Control.
El juego de seducción perfecto aparece con El Momento, una clara invitación de fundirte en el cuerpo y la mente del ser amado, aunque los años hayan pasado y la rutina pareciera separarlos. Es El Momento de una morfogénesis mental de recomponer y reconstruir, sin dolor... ¡Sin miedo al éxito! El dato que no viene al caso de esta pieza es que, formo parte del soundtrack de la serie Elite de Netflix (en un primer capítulo, pero ahí estuvo).
La sangre electro-pop que corre por las venas de Guille surge de nuevo en Nunca Nadie Pudo Volar, cuarto sencillo que sí se convirtió en un éxito entre los fans. Saturno (Todo Vuela), como vuelan los tracks de este disco, llegamos al corte final que además le da nombre a esta producción: La Gran Esfera. Una pieza dulce, melosa... excepcional, es la palabra que mejor lo define y que solo podría lograr La Casa Azul.
La Gran Esfera fue un disco de "Transición", con todos los significados que ello implica y refiere. No sabemos cuánto tiempo pasará hasta tener un nuevo disco completo de La Casa Azul en nuestras manitas, así que mientras este llega, los invito a sumergirse en La Gran Esfera.
Me he enamorado de esto...
ResponderBorrarbuen análisis, yo lo tengo pendiente... el disco más herido de Guille
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