Para cualquier latino, el pilar de su vida está cimentado por la familia. Difícilmente habría algo más fuerte o grande que eso. Ni la religión puede romper algo tan divino y puro como ese lazo. Camila Cabello lo sabe y expresa en su tercer álbum. Para esta producción la cubana-estadounidense se inspiró por la convivencia con su familia durante la parte más dura de la pandemia, tiempo de confinamiento donde Camila y los suyos aprovecharon para estrechar los lazos que los unen y refrendarlos. Esa simple convivencia fue la razón para componer este álbum. Como perspectiva de sus vivencias, es muy respetable que hable de esa parte que, hay que decirlo, no se ha hablado durante la pandemia por el Covid-19, se ha retratado lo peor durante ese tiempo y es sano, hay que decirlo también, pero Camila decide ir hacia otro lado al reflejar lo que vivió en esos momentos. La música latina es la que predomina en este disco, pero con una base pop y R&B, no muy distinta a sus dos producciones anteri...
Retomando el perdido arte de reseñar discos.