Existe una cantidad inmensa de emociones que la música puede provocar, cada persona las recibe o rechaza dependiendo su humor del momento o su afinidad con lo que está escuchando, sin embargo, es un hecho que la intención que tuvo Romy Madley-Croft al lanzar Mid Air, ha tenido el impacto esperado, ya que lo que escuchamos aquí es una completa celebración a la vida, la cual se siente, se transmite en cada uno de sus temas.
A Romy la recordamos por ser la cantante de The XX, un proyecto con un sonido muy melancólico y diametralmente opuesto a lo que se presenta en el primer álbum como solista de la artista británica. Su inquietud por esta independencia comenzó a plasmarse en tiempos de pandemia, cuando lanzó un primer tema bajo el nombre de Romy, y después de un camino de 3 años en el que acumuló experiencia no solo en cuestión musical, sino de vida, es cuando Mid Air sale a la luz, bajo la producción de tres genios de la música y la electrónica, como son Stuart Price, Jamie XX y Fred Again.
Este viaje de baile, sonrisas y agradecimiento está dividido en 11 temas, haciendo un total de 34 minutos. Las emociones que carga Romy se hacen evidentes desde el track que abre el disco, Loveher, un título que seguramente fue definido pensando en su pareja, la fotógrafa y directora Vic Lentaigne, con quien lleva casada un par de años. La música te invitará a bailar, comienza un poco tranquila, pero poco a poco los beats van subiendo y creando una maravillosa amalgama entre la dulce voz de Romy, y los sonidos electrónicos que aparecen tanto de fondo como de protagonistas. Es una pieza muy sentida, es claro que el amor reina en ella y en el alma de la artista.
Siempre existe un track favorito, y para mí Weightless es el que me ha ganado desde la primera escucha. Hay una sensación de paz en el primer minuto, un pasaje atmosférico que posteriormente se convertirá en una revolución de emociones con un ritmo in crescendo, y así junto con la letra que habla del impacto que puede tener una persona en ti, en ese enamoramiento que se siente como tan ligero como si no existiera ningún peso, la canción fluye de una forma deliciosa.
Algo que me parece bien valioso de este álbum es que te invita mucho a bailar, es una especie de celebración con un sonido muy ameno, fresco y rico, es fácil tener ganas de mover el cuerpo mientras sonríes y te dejas llevar por la música. Esto se hace evidente en temas como The Sea, One Last Try, o la poderosa Strong, que tiene una base rítmica más cercana al techno, y de cuyo encanto es imposible escapar. Esta pieza es colaboración con Fred Again., y por supuesto que la sensación de estar en un fiestón es evidente. Aquí nuevamente las letras evocan al agradecimiento, al amor, a la fortaleza de estar con alguien y para alguien.
Twice y Did I son como temas hermanos, van juntos y suenan parecido, fluyen de una forma muy natural y por supuesto que tienen elementos emotivos como las rolas anteriores. De hecho podría decir que aunque en la vida real Romy ya había salido del closet, en este álbum ella refleja su completa liberación, a pesar de las vicisitudes, el contexto y el camino largo y quizá pesado que pudo tener para llegar a este clímax.
Y para muestra basta escuchar Enjoy Your Life, una pieza que sabe a felicidad y libertad. “Enjoy your life, my mother said to me”, pareciera que Romy por fin está abrazando esa frase que su madre le dijo en algún momento, y se nota muchísimo tanto en la música de este álbum, como en el semblante de la cantante en sus fotos, videos o entrevistas que ha compartido en sus redes sociales. No es más aquella mujer tímida y seria, ahora es una persona en plenitud, llena de amor y que sin duda alguna, está disfrutando esta etapa de su vida.
El álbum finaliza con She’s On My Mind, y una vez más, un ritmo muy rico que incita al baile.
Es llamativo ver esa transformación de Romy, y se agradece mucho que nos haya brindado esta dosis de celebración, que a todos nos hace falta de vez en cuando.
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