-Décimo segundo álbum de una de las bandas japonesas, cuya historia llegó a tener relación con la escena noruega y Euronymous, época en la que la banda iniciaba con black metal, conforme el tiempo paso, ellos empezaron a experimentar. Es así, que tenemos una banda de la cual puedes esperar cualquier elemento raro o extraño, en su interpretación, siempre con su estandarte: el black metal, que los caracterizó en su momento.
Para este nuevo material se formó el líder y fundador: Dr. Mikannibal en voz y saxo, Mirai Kawashima en voz, guitarras, flauta y todos los demás instrumentos raros que escuches en Sigh, Satoshi Fujinami en el bajo, la batería fue ejecutada por Mike Heller (Fear Factory, Raven, etc.) como invitado.
Sin duda los japoneses siempre nos sorprenden con su música que nunca se sitúa en ningún estilo específico, simplemente lo escuchamos en el inicio es un Kuroi Kage donde los sonidos del saxo y el órgano de Hammond, con el uso de las voces, le dan un indeterminado estilo, que va de lo extremo, brincando dentro de lo experimental, pasando a lo accesible.
Dentro de lo extremo que puede ser Shoujahitsumetsu nos da un solo virtuoso, con un toque power metal, que te saca de cualquier balance posible, todo perfectamente sincronizado sin sonar forzado.
Es como se ha armado este material, lleno de experimentación, no tanto a la vieja escuela. Shikabane, es otro ejemplo de black lento y oscuro, que como va avanzando, va incrementando el nivel de ejecución, con la introducción de otros sonidos e instrumentos.
Es la base de un nuevo sonido en el black metal desde Japón, que con Satsui- Geshi No Ato, da paso a una introducción muy al estilo power metal, sin más, da brinco a esos coros épicos, con esa voz chillante que te regresa a ese black de mediados de los 90's, con solos majestuosos, que tan solo en siete minutos, te mueven todo.
Con Fuyu Ga Kuru, una atmósfera oscura, que remite a un sonido característico, entre coros y solo de guitarra, con una línea de metales bien definidos, nos da muestra porque estos músicos, pueden hacer una mezcla de sonidos si perder la esencia que los ha caracterizado estos años.
Otro track, que conserva el lado extremo, pero con un toque de experimentación, es Shouko, tiene elementos black metal aún, pero meten un solo de Hammond, como va avanzado el track, se va escuchando esa melodía con un toque oriental, que da apertura a solos de guitarras, bastante melódico, sacándote una vez más balance, con la voz extrema, con una letra casi narrada y teatral.
Con fondo de lluvia, letanía armonizada y un interludio, es como Kuroi Kagami, da paso a un canto, un recital en Mayonaka No Kaii, para dar paso a esa voz rasposa y un violento acorde, demostrando como se empatan diferentes matices, cerrando con un track, totalmente diferente, que va de lo acústico a un sonido de calma y sombrío, con Toujio No Asa.
Un material con grandes diferencias, como sólo estos japoneses podrían hacerlo, cabe recalcar, que fue grabado en su totalidad en su idioma natal, es un material para nuevos y viejos oyentes del black metal tradicional.
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