Por: Iván Cigarroa
-En Reino Unido se acostumbra a hacer las cosas de otra forma, la percepción y concepción de la música obedece a contextos sociales, económicos y culturales, así que partiendo de eso, jamás harían música de la forma en que se hace en Estados Unidos. Mucho menos de otra parte del mundo. Tal y como dijera el guitarrista de Manic Street Preachers cuando se le preguntó su opinión sobre donde provenía el rock, mencionó: "Estados Unidos tendrá la cuna, pero nosotros al niño".
En ese sentido, Sam Smith ofrece una visión única -la suya, claro- de cómo hacer un pop propio, sin tanta producción fastuosa o innovar como si fuera una carrera de vida o muerte. A él le basta el talento, las canciones, las experiencias que le inspiran a escribirlas, rodearse de excelentes músicos, para crear un álbum como Gloria, en el que simplemente la sensibilidad a flor de piel bastó para darle forma.
En 13 cortes, el autor de éxitos anteriores como I'm Not The Only One o Stay With Me deja de lado un poquito el pop edulcorado y se centra un poco más en el R&B y gospel para agregarlos a su sonido característico. No pierde sus raíces y al contrario, sigue ganando en experiencias. En este caso, en ritmos lentos, quizá un poco más bailables y, por qué no, hasta cachondos.
Además, los invitados dan un poco más de cuerpo a lo que ya de por sí se percibe como un éxito rotundo (quizá en ventas de discos, quizá en descargas de canciones). El hecho es que hoy por hoy, artistas como Dua Lipa, Ed Sheeran o el mismo Smith le han dado forma a un nuevo pop que, sin querer queriendo, hace contra parte al poderoso modo de producción de artistas estadounidenses.
Con una impecable producción, Sam Smith aprovecha para expresar el amor y la desilusión en forma de irá, en ciertos esquemas, logrando cohesionar sus sentimientos en cortes como Lose You, Love Me More, How To Cry o Gloria; pero son las colaboraciones las que dan el valor agregado a este disco: Gimme (con Koffee & Jessie Reyez), Who We Love (con Ed Sheeran), el himno I'm Not Here To Make Friends (con Calvin Harris y Jessie Reyez), Perfect (esta vez solo con Jessie Reyez), y las que quizá destacan por sobre todo el álbum, No God y Unholy (con Kim Petras): poderosas, con coros gospel y una franca desilusión por Dios, tanto por el estado actual del mundo como por los caminos misteriosos por los que nos conduce a sus más grandes guerreros, en este caso a Sam Smith y su paso por las rupturas amorosas.
Sin duda es un álbum con momentos intensos, muy bien producido, pero sobre todo, que muestra a un Sam Smith honesto y dispuesto a llegar lo más lejos posible sin copiar estereotipos -quizá una diferencia plena es que es públicamente una persona de género no binario-, pero musicalmente, Gloria posee un pop fino, maduro y lo suficientemente coherente para convocar a las masas sin necesidad de escándalos. Discazo.
Sam Smith - Gloria
Universal Music / 2023
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