-La oscuridad se representa en muchas formas exóticas y muy atractivas, en ocasiones sugestivas, que invitan a deleitarnos con ellas, disfrutando cada momento y enviando mensajes de sombras que reflejan momentos del otro lado de la luna, la década de los ochenta’s tiene muchos símbolos y surgimientos de estas manifestaciones góticas, tal es el caso de la banda The Mission, formados en 1986 en Leeds Inglaterra, conformaron un movimiento muy interesante en la música de aquella década.
Wayne Hussey y Craig Adams, ex- miembros de la emblemática banda The Sisters Of Mercy, decidieron separarse y hacer su propio proyecto, alejándose un poco de lo electrónico y creando un sonido único y muy sombrío, nos presentan Children segundo álbum en la historia de esta banda.
Es el disco más oscuro de la banda, más introspectivo, con esencia etérea, abre con Beyond the Pale, inmediatamente se escuchan sonidos de niños jugando, se desvanecen y comienza la guitarra en una especie de danza hipnótica con acordes suaves que te llevan a cerrar los ojos e imaginar las cosas que hacías de pequeño, la letra metafórica nos lleva a la reflexión de los hijos perdidos y de la inocencia cegada.
A Wing And A Prayer, con una voz inconfundible Wayne, nos susurra las palabras de manera muy sutil y a la vez se desgarra cuando hay que alzar la nota, Craig, nos da unas líneas de bajo insólitas que acompañan la batería y los teclados, en una perfecta sincronía.
La portada sombría, nos presenta la cara de un niño, dentro de una especie de moneda en tonos sepia, que hacen más intensa la experiencia del escucha, pasamos al que fue el sencillo más conocido Tower of Strength, canción épica que inicia con unos tambores y guitarras al estilo hindú, en una danza interminable que va in crescendo, para explotar al final de manera intensa.
Kingdom Come, Breathe, Son canciones para hacer una pausa en este mar de momentos tan profundos para calmar al alma y darle un respiro, acústicas y en ritmo semilento, sin perder la densidad y concepto del disco.
Child´s Play, Nos habla de de este juego del poder y el control en cualquier situación, el coro dice “Es un juego de niños” de manera simbólica y grotesca, es un grito desesperado a las entrañas de alguien que ya no soporta la levedad del ser, lo grita y lo esparce con una desesperación inaudita.
Black Mountain Mist, Balada acústica que resalta la voz de Wayne, recordando que en esa época se preocupaban por tener voces muy icónicas e intensas, sigue Dream On, cover de la banda Estadounidense Aerosmith, en una versión en verdad que hicieron suya con matices muy dramáticos, buenos coros y arreglos sensacionales, gran rola.
El disco termina con Heat y Hymn (For América), para cerrar con broche de oro este gran trabajo de una de las bandas más representativas de la escena gótica e influencia de otras muchas que tienen el sello, la oscuridad es muy disfrutable de esta manera y dejando fluir al alma, gran placa.
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