Naranja Mecánica, su disco y su sonido, son atemporales; y siguen sonando tan frescos como hace 20 años.
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Naranja Mecánica - Supertrip
Por ahí anda circulando una historia llena de impresiciones que asegura que Naranja Mecánica sufrió de un violento asalto a mano armada y que, tras el fatídico hecho, juraron nunca volver a reunirse ni hacer música. Es una leyenda urbana que circula en Internet y entre quienes se mueven en la escena del rock.
Si bien no se puede asegurar ese hecho, suena más real el hecho de que la disquera solo firmó a la banda por un disco y luego adiós. Lo cierto es que aunque está banda bien podría ser en México el equivalente al caso de Richey Edwards de Manic Street Preachers, porque desaparecieron y no se supo más de ellos.
Sin embargo, Supertrip poseía una fuerza que no se había visto en una banda de nuestro país. Mucho tuvo qué ver qué, Dada su procedencia culichi, eran más cercanos a lo que se hace en Estados Unidos y se alejaron tanto como se pudo de la música regional. Con ello, lo que ofrecía esta producción un rock electrónico y alternativo como se hace en Estados Unidos. El ejemplo más cercano es Incubus, pero seguro hay muchas más.
En 13 canciones, las más de las veces, se decantaron por la psicodelia y el rock duro, logrando una excelente fusión que pocas bandas lograban en ese entonces; sobre todo viniendo de un álbum como este, dónde las líricas introspectivas hicieron un excelente juego con los riffs, los beats, el bajo atronador y baterías ponchadas. Por dónde le vieran había calidad, buenas canciones y un futuro promisorio.
Muchos los conocimos por La Siguiente Vida, pero hay piezas contenidas en este disco que destacan más, como Cabalgando Con La Muerte, Soy Tu Dios, No Me Voy, Ánima De Madrugada, Veneno, Salir De Aquí, Amor Automático, Supertrip o Lluvia Ácida que, además de la introspección mencionada arriba, pasan por vivencias catárticas, amores tóxicos, espiritualidad, drogas y sexo que no se escuchaban en el México de 1997. Literalmente estaban adelantados a su tiempo.
A 23 años de su lanzamiento pareciera que todos aquellos que escuchamos este disco ya vimos pasar mejores tiempos, pero es al revés: lo mejor llegó con el tiempo, solo que Naranja Mecánica, su disco y su sonido son atemporales y siguen sonando tan frescos como aquel entonces. Si no sabes de quién demonios hablo, es momento de escucharlos:
Si bien no se puede asegurar ese hecho, suena más real el hecho de que la disquera solo firmó a la banda por un disco y luego adiós. Lo cierto es que aunque está banda bien podría ser en México el equivalente al caso de Richey Edwards de Manic Street Preachers, porque desaparecieron y no se supo más de ellos.
Sin embargo, Supertrip poseía una fuerza que no se había visto en una banda de nuestro país. Mucho tuvo qué ver qué, Dada su procedencia culichi, eran más cercanos a lo que se hace en Estados Unidos y se alejaron tanto como se pudo de la música regional. Con ello, lo que ofrecía esta producción un rock electrónico y alternativo como se hace en Estados Unidos. El ejemplo más cercano es Incubus, pero seguro hay muchas más.
En 13 canciones, las más de las veces, se decantaron por la psicodelia y el rock duro, logrando una excelente fusión que pocas bandas lograban en ese entonces; sobre todo viniendo de un álbum como este, dónde las líricas introspectivas hicieron un excelente juego con los riffs, los beats, el bajo atronador y baterías ponchadas. Por dónde le vieran había calidad, buenas canciones y un futuro promisorio.
Muchos los conocimos por La Siguiente Vida, pero hay piezas contenidas en este disco que destacan más, como Cabalgando Con La Muerte, Soy Tu Dios, No Me Voy, Ánima De Madrugada, Veneno, Salir De Aquí, Amor Automático, Supertrip o Lluvia Ácida que, además de la introspección mencionada arriba, pasan por vivencias catárticas, amores tóxicos, espiritualidad, drogas y sexo que no se escuchaban en el México de 1997. Literalmente estaban adelantados a su tiempo.
A 23 años de su lanzamiento pareciera que todos aquellos que escuchamos este disco ya vimos pasar mejores tiempos, pero es al revés: lo mejor llegó con el tiempo, solo que Naranja Mecánica, su disco y su sonido son atemporales y siguen sonando tan frescos como aquel entonces. Si no sabes de quién demonios hablo, es momento de escucharlos:
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