Aquí predominaba una sensibilidad palpable con la que te identificas fácilmente.
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El Clan - ...Sigue Soplando El Ánima
1998 / Opción Sónica
Para la época, fue un acierto arriesgar un cambio radical dentro del género. No es fácil moverse dentro, porque contrario a lo que parece, es limitado y no hay mucha facilidad de hacerlo digerible. Pero en el caso de El Clan muchos factores se conjugaron para hacer esto posible.
Cambios. Es lo que la banda realizó para su segunda producción. Tuvieron una gran aceptación con ...Sin Sentir, marcaron una época, causaron revuelo. Pero la partida de Gustavo Pérez, el vocalista, movió todo. Ese disco es un documento importante para entender el dark en México, que si bien no fueron los primeros, sí fueron los mejores.
Con ...Sigue Soplando El Ánima todo cambió. Entraron nuevos integrantes que inyectaron bríos a la banda. Ahora se trata de un rock oscuro, sí era dark pero con otras tonalidades. Mucho tuvo que ver la dirección que Jaime Chávez, líder de la banda y único miembro que prevalece desde sus inicios, le dio a El Clan. También la incorporación de Hugo Brob como vocalista; su alcance es más melódico que Gustavo, grave, cavernosa. O los teclados de Guillermo Clemente, que prevalecen en todo el disco con atmósferas tan densas como esperanzadoras. Y las letras. Menos místicas, más reales; muy introspectivas pero no necesariamente oscuras.
A diferencia del disco anterior aquí predominaba una sensibilidad palpable con la que te identificas fácilmente. Hay mucha vida en este álbum, como queriendo reflejar su presente. Habían guitarras más pesadas, pianos a la Lacrimosa, una tema en inglés, una nueva versión de Recuerdos que marca una diferencia abismal con el sonido anterior.
Cambios. Así pudo llamarse este disco y probablemente hubiera desconcertado, porque hasta que lo escuchas te das cuenta de que sí, está plagado de ellos, pero a cuatro años de distancia del disco anterior ¿quién no cambiaría? Esa constante en la vida, debo insistir, lo reflejaron en cada pieza que Johnny Indovina masterizo magestualmente.
Para cada vivencia había un poema: Cavaría parece enterrar todos los errores del pasado, Odio es una exploración brutal al sentimiento; La Vuelta indica que cada ciclo puede repetirse, pero renovado; Cada Vez Más Frío es la búsqueda de las cosas que faltan en nuestra existencia; Intriga es la ausencia de la vida y la incertidumbre de lo que eso significa; Furia le da luz a toda la oscuridad que nos habita; y El Testamento es una clara despedida adornada con las palabras más hermosas.
Con ...Sigue Soplando El Ánima todo cambió. Entraron nuevos integrantes que inyectaron bríos a la banda. Ahora se trata de un rock oscuro, sí era dark pero con otras tonalidades. Mucho tuvo que ver la dirección que Jaime Chávez, líder de la banda y único miembro que prevalece desde sus inicios, le dio a El Clan. También la incorporación de Hugo Brob como vocalista; su alcance es más melódico que Gustavo, grave, cavernosa. O los teclados de Guillermo Clemente, que prevalecen en todo el disco con atmósferas tan densas como esperanzadoras. Y las letras. Menos místicas, más reales; muy introspectivas pero no necesariamente oscuras.
A diferencia del disco anterior aquí predominaba una sensibilidad palpable con la que te identificas fácilmente. Hay mucha vida en este álbum, como queriendo reflejar su presente. Habían guitarras más pesadas, pianos a la Lacrimosa, una tema en inglés, una nueva versión de Recuerdos que marca una diferencia abismal con el sonido anterior.
Cambios. Así pudo llamarse este disco y probablemente hubiera desconcertado, porque hasta que lo escuchas te das cuenta de que sí, está plagado de ellos, pero a cuatro años de distancia del disco anterior ¿quién no cambiaría? Esa constante en la vida, debo insistir, lo reflejaron en cada pieza que Johnny Indovina masterizo magestualmente.
Para cada vivencia había un poema: Cavaría parece enterrar todos los errores del pasado, Odio es una exploración brutal al sentimiento; La Vuelta indica que cada ciclo puede repetirse, pero renovado; Cada Vez Más Frío es la búsqueda de las cosas que faltan en nuestra existencia; Intriga es la ausencia de la vida y la incertidumbre de lo que eso significa; Furia le da luz a toda la oscuridad que nos habita; y El Testamento es una clara despedida adornada con las palabras más hermosas.
El correr de El Clan ha sido difícil. No es una banda que se abra al mainstream y tal vez por eso los integrantes han tirado la toalla, excepto uno. Jaime Chávez no se vende, su alma está en este grupo y los valores se mantienen intactos. Y ese es, quizá, el mayor valor agregado de la banda que a 29 años, aún conserva.
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