Sin duda, el soundtrack que rompió esquemas y dio la vuelta a la forma de hacer música para películas fue este.
Día 205 de #EscucharUnDiscoDiario #PorqueLaMusicaImporta #366Discos
Varios Artistas - Amores Perros
2000 / Universal Music
En la música como en la política, ningún chile les embona. Lo que voy a decir a continuación es arriesgado, pero creo firmemente en ello: el soundtrack de Amores Perros es el mejor que se ha hecho en México. Habrá otros que sean muy buenos como Ciudad De Ciegos, que hayan marcado la pauta para que hubiera más como Sexo Pudor Y Lágrimas, pero este se los lleva de calle y por una sencilla razón: cada canción está pensada para ciertas escenas de la película, complementando la historia y dando mayor énfasis.
Así es como se supone que deben ser los proyectos, no hechos al placer de ajenos a la producción de la película que se estrenó el 16 de junio de hace 20 años. El amanecer de un nuevo milenio exigía una nueva forma de explorar el cine. Sí, drama y sufrimiento predominan en la cinta, como en gran parte del cine mexicano, pero en ese tiempo había más variedad que ahora, con puras comedias insulsas por producciones...
Pero ese es otro cantar, aquí compete la música de este filme. Se trata de un álbum doble que incluye un soundtrack y un tributo. El primero está conformado por música del responsable de toda la música: Gustavo Santaolalla, quien interviene con algunos tracks instrumentales, dramáticos y algo oscuros. Y temas ya conocidos como Corazón de Titán, Lucha de Gigantes de Nacha Pop o La Vida Es Un Carnaval de Celia Cruz. Todos ellos son la parte a la que arriba me referí, que encajan perfecto con ciertas escenas, como la escena de sexo de Gael García y Vanessa Bauche u otras más que si no la han visto mejor no se las cuento.
El otro disco es un tributo a la película, conformado por bandas que en ese entonces tenían gran peso en la música y hoy día la mayoría de ellas son consagradas. Desfilaron por acá Illya Kuryaki & The Valderramas, Zurdok, Dover, Bersuit Vergarabat, entre otros. Todas las canciones eran nuevas, escritas especialmente para la película. Y todas sonaron de alguna forma u otra. Las letras abundaban en distintas líneas de comunicación de la cinta, como el amor a los perros en Dog:God de Café Tacvba; el dolor de perder a alguien en Me Van A Matar de Julieta Venegas; los oscuros secretos que guardamos a los nuestros en Lado Animal de Moenia; o cuestionarse la existencia en De Perros Amores de Control Machete con Ely Guerra.
Fue un trancazo, todos fuimos a verla en ese momento. No la vean en el 2 porque le cortan y meten muchos comerciales, pero si la pueden conseguir, verán que la brutalidad del drama con que es tratada esta cinta se refleja perfecto en las letras del tributo. De alguna forma todas coiciden en algo: lo perro que a veces puede ser el amor.
En la música como en la política, ningún chile les embona. Lo que voy a decir a continuación es arriesgado, pero creo firmemente en ello: el soundtrack de Amores Perros es el mejor que se ha hecho en México. Habrá otros que sean muy buenos como Ciudad De Ciegos, que hayan marcado la pauta para que hubiera más como Sexo Pudor Y Lágrimas, pero este se los lleva de calle y por una sencilla razón: cada canción está pensada para ciertas escenas de la película, complementando la historia y dando mayor énfasis.
Así es como se supone que deben ser los proyectos, no hechos al placer de ajenos a la producción de la película que se estrenó el 16 de junio de hace 20 años. El amanecer de un nuevo milenio exigía una nueva forma de explorar el cine. Sí, drama y sufrimiento predominan en la cinta, como en gran parte del cine mexicano, pero en ese tiempo había más variedad que ahora, con puras comedias insulsas por producciones...
Pero ese es otro cantar, aquí compete la música de este filme. Se trata de un álbum doble que incluye un soundtrack y un tributo. El primero está conformado por música del responsable de toda la música: Gustavo Santaolalla, quien interviene con algunos tracks instrumentales, dramáticos y algo oscuros. Y temas ya conocidos como Corazón de Titán, Lucha de Gigantes de Nacha Pop o La Vida Es Un Carnaval de Celia Cruz. Todos ellos son la parte a la que arriba me referí, que encajan perfecto con ciertas escenas, como la escena de sexo de Gael García y Vanessa Bauche u otras más que si no la han visto mejor no se las cuento.
El otro disco es un tributo a la película, conformado por bandas que en ese entonces tenían gran peso en la música y hoy día la mayoría de ellas son consagradas. Desfilaron por acá Illya Kuryaki & The Valderramas, Zurdok, Dover, Bersuit Vergarabat, entre otros. Todas las canciones eran nuevas, escritas especialmente para la película. Y todas sonaron de alguna forma u otra. Las letras abundaban en distintas líneas de comunicación de la cinta, como el amor a los perros en Dog:God de Café Tacvba; el dolor de perder a alguien en Me Van A Matar de Julieta Venegas; los oscuros secretos que guardamos a los nuestros en Lado Animal de Moenia; o cuestionarse la existencia en De Perros Amores de Control Machete con Ely Guerra.
Fue un trancazo, todos fuimos a verla en ese momento. No la vean en el 2 porque le cortan y meten muchos comerciales, pero si la pueden conseguir, verán que la brutalidad del drama con que es tratada esta cinta se refleja perfecto en las letras del tributo. De alguna forma todas coiciden en algo: lo perro que a veces puede ser el amor.
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