Por: Iván Cigarroa
Por muy agradable que se vea esta portada, hay un sentido, un concepto y un secreto que lleva dentro, al igual que cada canción del disco. Significados. De eso está repleta esta producción, la tercera en la carrera de Deftones.
Como un psicópata que deja pistas para que pueda ser atrapado porque en el inconsciente quiere ser detenido, White Pony trata de explicar el sentido de su existencia, pero al final por muy compleja que sea la justificación, lo más factible es definirlo con una sola palabra para entenderlo.
A 20 años de su lanzamiento, este disco es su más grande logro junto con Around The Fur de 1997. Y no es para menos: aquí se encuentran varias de las canciones más importantes de la banda, pero también los mejores momentos producidos e inmortalizados en poderosas piezas sonoras.
Desde Change (In The House Of Flies) hasta Elite y Teenager, este disco cuenta con el visto bueno y bendición de Terry Date, responsable de disparar el sonido, así como de definirlo de acuerdo al estilo. Por ejemplo, la primera canción mencionada es un rock duro lento, la segunda es más pesada y gutural, mientras que la última es un dream pop muy agradable para cualquier oído.
Tuvieron tiempo de pensar a dónde llevar a la banda, que por mucho no necesariamente se dirigía hacia donde iban las demás, porque mientras las otras mentaban madres y tenían sexo y drogas desmedidas, Deftones hacía alusión a las drogas y tocaba temas más mundanos, pero todo siempre en letras confusas, aunque bien estructuradas.
Deben saber que parte de esos secretos se revelan cuando saben cómo se refieren a las drogas. Mientras que White Pony es una forma discreta de llamarle a la cocaína, canciones como Knife Prty o Korea tienen muchas alusiones al consumo ilimitado de estupefacientes, que en aquellos tiempos (quién sabe si en estos) era su estilo de vida.
Otras hablan de feminicidios ficticios (Digital Bath), tragedias (Passenger), rupturas amorosas (Teenager), amores enfermos (RX Queen), o superación personal infantil (Pink Maggit).
Para definir y entender este álbum, lo mejor es darle una palabra, y la que le di desde que lo escuché por primera vez fue intenso. De principio a fin lo es, con toda la fuerza que le caracteriza a la banda. Casi todas sus canciones tienen un ritmo lento, algunas más pesadas que otras, pero con la cadencia que ofrece su sonido característico.
Gracias a esa definición fue más fácil digerir el álbum completo. Eso es posible porque lo hacemos diario al etiquetar a las personas.
Los riffs potentes, la batería atronadora y los bajos y scratches son más que el fondo musical de los poemas de Chino Moreno, son la base que define el sonido de la banda, el cual es complementado por invitados especiales. De entrada la ya conocida participación de Maynard James Keenan de Tool en Passenger, pero también escuchar a Scott Weiland de Stone Temple Pilots como segunda voz en RX Queen y el coro de Rodleen Getsic en Knife Prty son maravillosas.
Finalmente, como cada reseña que publico, es ideal que la leas mientras escuchas este maravilloso álbum. Es la mejor manera de disfrutarlos en estos tiempos: con contexto. Gracias por llegar hasta acá.
Deftones - White Pony
Maverick Records / 2000
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