Cuando
escuché por primera vez del reggaetón fue en 2004, cuando Daddy Yankee sonaba
en todos lados con su tema Gasolina.
En ese entonces un buen amigo me dijo que sería el género que desplazaría toda
la música, que sería un hit. Obviamente me reí, sobre todo porque en esa época
y aunque parezca que no, el rock seguía bastante activo. Seguía dominando, al igual
que el pop.
Trece años
después acepto que me he tragado mis palabras. El rock está viejo o tal vez haya
muerto de vejez, la música electrónica ya dejó de interesarle a muchos, el pop
sigue sonando igual, así que este género nacido en Panamá en los años 70 y
comercializado en Puerto Rico en los 90 ha sido la opción desde hace tiempo.
Si bien tuvo
un fuerte auge entre 2004 y 2007, como un fénix resurgió en 2013 con artistas
como Pitbull o J. Balvin y se ha mantenido desde entonces, aunque en realidad
es gracias a las colaboraciones (o los Feat.) que ha sobrevivido.
Y bueno, se
ha convertido en una colaboración de beneficio mutuo entre las dos partes,
tanto de artistas pop como de reggaetón. Eso explicaría porque artistas como
Shakira, Carlos Vives o Marc Anthony han grabado junto a Maluma, Daddy Yankee o
Gente de Zona, respectivamente: todos por igual han sacado jugo de este trabajo.
No es nuevo
este esquema. Los artistas anglo, sobre todo los de Estados Unidos, lo han
hecho y con mucho éxito: Katy Perry con Snoop Dogg o Kanye West, Rihanna con
Jay-Z o Taylor Swift con Kendrick Lamar.
Pero la
fusión entre artistas de reggaetón y pop latino ha sido muy exitosa, y ha
significado un respiro para las disqueras trasnacionales, que ya no hallan como
seguir vendiendo discos en tiempos en que se han vuelto un simple arte-objeto
para la mayoría de las nuevas generaciones.
Por mucho
tiempo he rechazado al género. Mis raíces rockeras me impiden escuchar ese
género, es como una formación universitaria que no suele involucrarse con otra,
o simplemente como el agua y el aceite. Pero mi formación periodística me dice
lo contrario, ¿por qué me desagrada? ¿por qué agrada a otros?
Así que me
dirigí al puesto de discos y películas de confianza.
-Buenas,
don. ¿Tiene discos de reggaetón?
-“Pos” qué
pasóooooooo, ¡simona la mona pelona! Si necesitas reggaetón, dale.
-Jajajaja ¿Son éxitos
recientes o en general?
-Este está
bueno, trae de todas las épocas.
-Perfecto, me
lo llevo, aquí tiene. ¡Muchas gracias!
-De nada
güero, ya te veré en los bailongos, jajaja
Compré uno
de 160 éxitos, y aunque en su mayoría son artistas conocidos como J. Balvin, Maluma,
Daddy Yankee o Don Omar, fue agradable saber que había otros no tanto como Clandestino,
La Materialista o Kevin Roldán.
Así, cargué
en iTunes el disco y me dispuse a escuchar el género durante tres días (si, fue
mucho tiempo, pero también tenía que hacer otras cosas).
Cuando
terminé de escuchar todas las canciones comencé a escribir ideas y buscar más
información. No quería que se me escapara algún detalle, así que, en el orden
en que fueron saliendo las plasmo a continuación:
-En el reggaetón
predomina la misma base rítmica denominada dembow, que no varía y por lo
general es programada, pero las hay con muy buena calidad y/o producción y
otras bastante pobres.
- En ese
sentido, se nota quien tiene mayor solvencia para una mega producción con
colaboradores de renombre. En este punto ya no hace falta mencionarlos porque
son de todos conocidos.
-Quien no
tiene esa capacidad, como el caso de Clandestino, trata de compensar la falta
de una producción impecable con el uso de líricas recitadas en vez de cantadas
y letras muy sexuales.
-Las
colaboraciones son vitales, como en el hip hop, y encontré en varios temas a
más de un invitado, como fue el caso de Estás
Aquí, interpretado por Nicky Jam y en el Feat. Estaban Daddy Yankee, Zion & J. Álvarez y DJ Nelson &
Onell Flow. O Mayor Que Yo de Luny
Tunes Feat. Daddy Yankee, Wisin, Don
Omar & Yandel.
-Pero
también hay colaboraciones pop como El
Perdón de NIcky Jam Feat. Enrique
Iglesias.
-Sus letras
son bastante sexuales, pero no necesariamente caen en lo vulgar, salvo casos
como Cuatro Babys de Maluma Feat. Noriel, Bryant Myers y Juhn.
Hay casos donde
la elegancia y el buen gusto predominan, aunque parezca lo contrario, como Passion Whine de Farruko Feat. Sean Paul, o Danza Kuduro de Don Omar Feat.
Lucenzo.
-Finalmente,
el uso del dembow es abusivo, y harta porque no le da variedad a la música,
aunque hay excepciones.
Así que al
terminar las 160 canciones y analizar el problema, entendí que esto es más un
problema de sociedad y de supuestos valores con los que andamos en nuestro día
a día, que podemos relajar, pero cuando se trata de reggaetón ahí si nos
espantamos.
Y en
realidad no hay por qué: ¿qué el reggaetón tiene una pobre producción? Aquí no
paramos: existen bastantes grupos de rock urbano, grupero o cumbia que pululan
en la periferia y que aún así tienen un éxito envidiable.
¿Qué sus letras
son de alto contenido sexual? Ya lo decía mi amigo e investigador de música
Cristhian Silis: los artistas de la generación de la OTI tenían letras que
rayaban en la violencia intrafamiliar y abuso de menores y nadie decía nada. ¿Y
qué hay de Molotov? ¿Los perdonamos solo porque además de cantar Rastamandita tienen
himnos como Gimme The Power o Frijolero?
¿Las
colaboraciones son exclusivas del reggaetón y además abusan de ellas? La música
electrónica y el pop también lo hacen: Miguel Bosé y Juan Gabriel lanzaron
discos con colaboraciones en cada una de las reversiones que conformaban el
álbum de éxitos. Sussie 4 invitó a Ximena Sariñana y León Larregui a colaborar
en dos distintas canciones. Lo mismo hizo Comisario Pantera al invitar a Luis
Navejas de Enjambre. Y ni hablemos de la música anglo, esa está plagada de
colaboraciones y Feats.
El reggaetón
tiene una sana vida y domina el mercado latino, aun por encima de la cumbia, grupero
o bachata.
Así que no
hay una razón de peso para odiar al reggaetón, lo cierto es que aún con los destacados
Feats., este género no ha tenido
tanto empuje en México como en Centro y Sudamérica. Todavía tenemos la
influencia de Estados Unidos en la música y preferimos a Beyonce o Kendrick
Lamar que a La Materialista o Daddy Yankee. Ignoro si en algún momento esta
tendencia se revertirá, pero es un hecho que este género llegó para quedarse, a
diferencia de la bachata, que está en declive y seguramente haré un análisis de
ella en un futuro cercano.
Así las cosas, ni como chavoruco ni como periodista puedo dejar de analizar la música, sea o no de mi agrado, desmenuzarla y entenderla.
En cuanto a mí lado melómano, tras tres días de escuchar reggaetón puse algo de System Of A Down y sí, mis oídos se sintieron limpios otra vez.
En cuanto a mí lado melómano, tras tres días de escuchar reggaetón puse algo de System Of A Down y sí, mis oídos se sintieron limpios otra vez.
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